El Biopic y su historia. Los 7 mejores biopics cinematográficos
Los productores de cine, las cadenas de TV y las plataformas son conscientes del tirón que tienen los biopics y se lanzar a hacer pelis y series de ficción sobre personajes reales. Repaso en este post el biopic y su historia, además de compartir los que a mi parecer son los 7 mejores biopics cinematográficos.
Personalmente, no soy un gran fan de este formato aunque eso no quita para que admire algunos de ellos. Vamos primero al abecé, a definir de qué estamos hablando cuando decimos Biopic.
1. ¿Qué es un biopic?
El biopic es un acrónimo del término inglés biographical picture que hemos adoptado en todo el mundo. Se trata de un subgénero de Producción Audiovisual que dramatiza la vida de una persona real, ya sea en su totalidad o centrado en un período determinado de su vida.
El objetivo del biopic es el de cualquier producto de la industria del entretenimiento. Sin embargo, cuando se ficciona la vida de una persona real, es preciso hacerlo con cierto rigor histórico. Además de contar los hechos y las circunstancias en que vivió o vive el personaje, se puede entrar a analizar sus motivaciones, conflictos y dilemas morales. Es en ese campo donde los guionistas encontramos margen para licencias y creatividades. Desde el punto de vista de la dirección, también hay múltiples formas de abordar una historia biográfica.
En cine y televisión, el biopic ha servido como una herramienta de primer orden para divulgar la historia, deshacer y construir mitos, establecer lazos y referencias culturales y debatir cuestiones sociales y políticas desde un punto de vista humano.
2. Historia y evolución del biopic en el cine
2.1. Los orígenes del Biopic
Por más que ahora estén de moda los biopics, este género no es en absoluto novedoso; los biopics tienen una larga tradición desde los inicios del Cine Mudo (Véase la monumental obra de Abel Gance, Napoleón).
Durante las décadas de 1930 y 1940, la industria audiovisual produjo muchos biopics basados en todo tipo de personajes. Uno de los primeros grandes ejemplos fue La Vida Privada de Enrique VIII (1933) de Alexander Korda, una producción británica que combinaba historia y espectáculo con una interpretación memorable de Charles Laughton.
Otros ejemplos como La Tragedia de Luis Pasteur (1936) de William Dieterle o Yankee Dandy (1942) de Michael Curtiz, estaban centrados en figuras que encarnaban valores patrióticos o planteamientos éticos personales.
2.2. El Biopic en los años 50 y 60
En los años 50 y 60, el biopic se expandió hacia figuras religiosas y políticas, como Lawrence de Arabia (1962) de David Lean, donde el tono épico se unía a un retrato psicológico complejo. A partir de los años 70, con el Nuevo Hollywood, los biopics adquirieron un tono más crítico y revisionista. Un ejemplo paradigmático es Patton (1970) de Franklin J. Schaffner, con un personaje principal ambiguo, reflejo de la tensión política de la época.
2.3. El cine contemporáneo mira al biopic
En las últimas décadas, el género se ha diversificado enormemente abarcando todo tipo de personajes. Biopics como Amadeus (1984) de Miloš Forman, Malcolm X (1992) de Spike Lee, La Red Social (2010) de David Fincher u Oppenheimer (2023) de Christopher Nolan dan cuenta de ello y ofrecen tratamientos estilísticos y narrativos muy distintos, desde lo operístico a lo minimalista, desde lo hiperrealista a lo simbólico. ¡Por algo estamos hablando de algunos de los mejores títulos del biopic cinematográfico!
3. Elementos fundamentales del biopic
- Personaje histórico real: El biopic se centra en una figura que existe o existió, lo que obliga a guardar un equilibrio entre fidelidad histórica y licencia creativa.
- Contexto sociopolítico: El personaje vivió en un momento de la historia y su vida es indesligable de su época. Bien tratada, esta circunstancia enriquece el relato.
- Conflicto interno: Más allá de los hechos objetivos que rodean al personaje, el biopic suele explorar su psicología, sus contradicciones, sus decisiones y su evolución personal.
- Construcción del mito o desmitificación: Algunos biopics exaltan a sus personajes (como Gandhi, de Richard Attenborough, 1982), mientras que otros los humanizan presentándolos con sus luces y sus sombras; tal es el caso de Steve Jobs, de Danny Boyle, 2015).
- Estilo narrativo: Puede ir del relato lineal cronológico como Ray (2004) de Taylor Hackford a estructuras fragmentadas, como en I’m Not There (2007)en la que Todd Haynes nos presenta a Bob Dylan a través de seis actores diferentes.
4. El biopic televisivo
Dada su necesidad de llenar horas de programación, la producción para la pequeña pantalla incursionó en el biopic hace ya muchos años. Y es que la televisión es un medio propicio para los biopics, especialmente en formato de miniserie, dado que permite un desarrollo más extenso de personajes y contextos. El biopic televisivo ha adquirido un prestigio creciente, abordando figuras históricas con un alto nivel de producción cinematográfico.
Con el nacimiento de las plataformas digitales de contenidos, el biopic y otros subgéneros de ficción (ya hablaremos en otro momento del True Crime) son pura tendencia y constituyen uno de los pilares de la oferta. Los hay para todos los gustos.
Sea como sea, estas producciones tienen su mérito: han contribuido a difundir figuras complejas entre audiencias globales, combinando fidelidad documental con dramatización libre.
4.1. El Biopic en la televisión española
La Televisión Española vivió la época dorada del biopic en los años 80, época en la que se produjeron en la cadena pública series biográficas de gran calidad técnica escritas y dirigidas por los mejores profesionales del momento.
Tal es el caso de Lorca, muerte de un poeta (1987) basada en los estudios del historiador Ian Gibson y dirigida por Juan Antonio Bardem, con guion del propio Bardem y de Mario Camus. Ramon y Cajal: Historia de una voluntad (1982) dirigida por José María Forqué e interpretada por Adolfo Marsillach, es otro magnífico ejemplo de rigor y buen hacer audiovisual. Al igual que Teresa de Jesús (1984), a quien daba vida Concha Velasco y que fue dirigida por Josefina Molina con guion de Carmen Martín Gaite, Víctor García de la Concha y la propia Josefina Molina. Y así hasta llegar a Isabel (2011), dirigida por Jordi Frades con guion de Pablo y Javier Olivares, entre otros.
4.2. El Biopic en la Televisión inglesa
La cadena pública británica tiene la medalla de oro del biopic y de la producción histórica. Podría decirse que la época dorada del drama histórico británico tuvo lugar antes que en España, en la década de los 70, cuando la BBC consolidó su prestigio internacional con series de altísimo nivel dramático, interpretativo y literario.
El estreno de Yo, Claudio (1976) marcó un punto culminante, pero no fue el único biopic relevante del periodo. Son destacables también Elizabeth R (1971) dirigida por Roderick Graham con Glenda Jackson en el papel de Isabel I. Serie antológica y de gran calidad fue también The Edwardians (1972-1973) formada por 8 episodios dedicados a diferentes personajes o Marie Curie (1977), un biopic clásico con un enfoque tanto científico como humano.
Pero ¿qué tenían en común biopics de la época dorada de la TV inglesa? Pues eran series con una reconstrucción histórica rigurosa y buenos guiones literarios. En ellas se percibía un estilo teatral, con largos parlamentos y especial cuidado en las interpretaciones de los actores, la mayoría de los cuales se habían formado en los escenarios.
La lista de producciones biográficas para la TV pública de Gran Bretaña es inmensa y no paró de crecer en las décadas siguientes. Con el tiempo, los personajes se hicieron más variados alcanzando a artistas de todo tipo. El estilo giró hacia una estética más natural y menos teatral, con aproximaciones más intimistas a los protagonistas. Yo destacaría El Joven Churchill (2002), Elizabeth I de Tom Hooper con Helen Mirren como Isabel I de Inglaterra, Hawking (2004) dirigida por Philip Martin con Benedict Cumberbatch como Stephen Hawking y así hasta llegar a The Crown (2016-2023) que, aunque producida por Netflix, está escrita por Peter Morgan y basada en guiones previos para BBC.
5. Los 7 mejores biopics cinematográficos
Llego ahora a mi parte más personal para compartir los 7 biopics que en mi opinión nadie debería perderse. Son retratos alejados del biopic clásico; enfocados en el aspecto humano y psicológico de los personajes reales pero reinterpretados estética y emocionalmente por directores de gran personalidad autoral.
5.1. Ed Wood (1994)
Tim Burton dirige a un elenco en el que destacan Johnny Depp, Martin Landau, Sarah Jessica Parker y Patricia Arquette. Estamos ante un homenaje al cine de serie B de los años 50. El estilo de Burton con su estética gótica se deja ver en este biopic de carácter nostálgico aunque el uso de planos clásicos, transiciones suaves y encuadres teatrales remite al cine de bajo presupuesto que hacía el propio Ed Wood. El blanco y negro y los flashbacks recuerdan a Orson Welles y su Ciudadano Kane (1941).
5.2. Toro Salvaje (1980)
Dirigida por Martin Scorsese con Robert De Niro, Joe Pesci y Cathy Moriarty en el reparto. De nuevo estamos aun biopic en blanco y negro para evocar las noticias y fotografías de la época de Jake LaMotta. Scorsese se decanta para contar esta historia por una puesta en escena realista pero con un tono lírico. Para ello hace un uso expresivo del slow motion y distorsiona el sonido en los combates a los que añade una cámara subjetiva. Se nota la influencia del cine de boxeo de los años 30-50 así como de películas como La Dolce Vita (1960) de Federico Fellini en la fragmentación narrativa y el simbolismo visual.
5.3. El pianista (2002)
Roman Polanski decide abordar esta película con un estilo sobrio, realista y desgarrador, sin efectismos ni sentimentalismos adicionales. Para ello limita el uso de la música (cuando suena el piano es para mostrar el mundo interior del personaje) y le da un color desvaído, casi monocromático. Acorde con todo ello, la dirección es contenida, con movimientos de cámara lentos, y en muchos casos, desde la perspectiva del protagonista. Se nota su inspiración en el Neorrealismo Italiano de Roma, Ciudad Abierta (1945) o Ladrón de Bicicletas (1948).
5.4. María Antonieta (2006)
El biopic que Sofia Coppola hace sobre la reina de Francia tiene un enfoque posmoderno, con mezcla de elementos históricos y actuales como la estética pop y la música de The Strokes, New Order, Bow Wow Wow y otros y el laconismo de los diálogos, alejado del drama clásico. Su uso de los colores pastel, del slow motion y de los encuadres simétricos contribuyen a crear una atmósfera pictórica que recuerda al Barry Lyndon (1975) de uno de los directores más influyentes: Stanley Kubrick
5.5. El hombre elefante (1980)
David Lynch, apoyado en un elenco formado por John Hurt, Anthony Hopkins y Anne Bancroft, recurre al blanco y negro para presentarnos este biopic. Con una fotografía que remite a la estética del Expresionismo Alemán, mezcla el estilo del naturalismo victoriano con una atmósfera perturbadora y poética. Su narrativa es lineal pero está impregnada de simbolismo visual y lírico. Sus fuentes están tanto en el cine mudo expresionista como en los relatos clásicos de terror adaptados al cine por la Hammer y otras productoras.
5.6. Steve Jobs (2015)
Danny Boyle a la dirección y Aaron Sorkin en el guion con Michael Fassbender como protagonista crean un biopic dedicado al fundador de Apple. La película se divide en tres actos, en tiempo real, en tres momentos clave (1984, 1988, 1998) de la vida de Steve Jobs. Cada uno de ellos con un formato diferente: 16 mm, 35 mm y digital, según el año en que transcurre. Se aprecian en la película inspiraciones de La Red Social (2010), también escrita por Sorkin y de películas con gran presencia de acción entre bambalinas como Eva al Desnudo (1950) o Birdman (2014).
5.7. Spencer (2021)
Pablo Larraín firma un biopic deconstruido, que mezcla realismo psicológico con elementos simbólicos que por momentos recuerda a las películas de terror y al surrealismo. Para ello, trabaja con una fotografía que se centra en lo íntimo, con planos cerrados, colores fríos y una música inquietante de Jonny Greenwood, mezcla de jazz libre y cuerdas atonales. Sigue la línea de Jackie (2016) y en ella se aprecia cierta inspiración en películas como El Resplandor (1980) o Repulsión (1965) de Polanski por la alienación que sufre la protagonista.
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