Maurice Jarre y su música cinematográfica
Maurice Jarre fue uno de los grandes de la música de cine del siglo XX. Aunque su lista de bandas sonoras no es muy larga, su nombre está indisolublemente asociado a grandes películas llenas de exotismo y de lirismo. Dedico esta entrada a Maurice Jarre y su música cinematográfica.
Nacido y educado en Francia, desembarcó en el Hollywood de los años 60 cuando los estudios se esforzaban por competir con la TV y se lanzaban a hacer majestuosas superproducciones épicas que arrastraran a los espectadores a las salas. Maurice Jarre fue el músico ideal para este tipo de cine y creador de bandas sonoras icónicas del cine.
1. El estilo de Maurice Jarre
El estilo musical de Maurice Jarre se caracteriza por la combinación de melodía épica y color orquestal. A diferencia de muchos de sus contemporáneos, Jarre no provenía del cine estadounidense ni del sinfonismo clásico de Hollywood, sino de la música francesa del siglo XX cuyos máximos exponentes eran Debussy y Ravel. Esta raíz europea se percibe en su uso refinado de la orquesta, su interés por las texturas tímbricas y su capacidad para integrar instrumentos poco convencionales dentro de la composición.
Su música tiende a crear momentos emocionales: no ilustra la acción, sino que construye un espacio sonoro paralelo. Jarre no busca el realismo musical, sino la evocación tanto de de lo mítico como de lo introspectivo, recurriendo para ello al color orquestal y a la percusión exótica. Fue pionero en integrar percusiones árabes, timbales africanos, sintetizadores o coros no textuales en sus bandas sonoras para crear atmósferas sensoriales. Otros músicos contemporáneos han seguido este mismo camino como hemos visto en Ludwig Göransson.
2. Maurice Jarre y sus fuentes de inspiración
Entre sus influencias, además de los grandes compositores del impresionismo francés ya mencionados, destacan Igor Stravinsky por su vitalidad rítmica y Miklós Rózsa por su capacidad para evocar antiguas civilizaciones desde una mirada moderna. Jarre asimiló ambas corrientes para desarrollar una voz propia: una mezcla de exotismo, romanticismo y espiritualidad.
3. Colaboraciones de Maurice Jarre con Directores de Cine
Al igual que hicieron otros compositores, Jarre repitió trabajo con varios directores de cine contemporáneos a él y estableció fructíferas colaboraciones con algunos de ellos. Coincidió en varias ocasiones con David Lean y de esa asociación surgieron algunos de los títulos más reconocidos y premiados de la Historia del Cine. Igualmente, compuso memorables bandas sonoras para algunas películas del australiano Peter Weir, con quien repitió experiencia.
4. Bandas sonoras más reconocidas de Maurice Jarre
4.1. Lawrence de Arabia (1962) de David Lean
Su primera colaboración con David Lean marcó un antes y un después. La partitura combina un tema principal de irresistible grandeza con un motivo secundario más íntimo que sugiere la mística y la soledad del desierto. El empleo de percusiones irregulares, flautas árabes y cuerdas amplias logra un equilibrio entre lo heroico y lo contemplativo. Lawrence de Arabia le hizo ganar su primer Óscar y situó a Jarre entre los mejores compositores del cine épico de la época.
4.2. Doctor Zhivago (1965) de David Lean
Aquí Jarre viró hacia lo melódico y emocional, con el célebre tema de Lara, una de las melodías más recordadas del siglo XX. Su estructura armónica en terceras y sextas paralelas, el uso de la balalaika y las cuerdas en legato le dan a esta banda sonora un tono nostálgico acorde a la historia. El tema se repite a lo largo del filme como leitmotiv del amor imposible, convirtiéndose en una pieza autónoma de éxito mundial. Con ella Maurice Jarre consiguió su segundo Óscar.
4.3. La Hija de Ryan (1970) de David Lean
Un drama íntimo como es La Hija de Ryan necesitaba una banda sonora contenida y alejada de la épica. Lo que prima en esta historia son las emociones y a ello se puso Maurice Jarre. Redujo la orquesta y creo una partitura de aire impresionista con algunos toques del folklore irlandés que se acerca a la música francesa del momento más que al sinfonismo Hollywoodiense.
4.4. El hombre que pudo reinar (1975) de John Huston
Estamos ante una obra austera, donde la música refuerza la dimensión casi mitológica de la aventura colonial que se basa en el relato del mismo nombre de Rudyard Kipling. Las trompas y los metales evocan la pompa del ejército británico, mientras que los tambores y las escalas modales aportan el exotismo y las tensiones que viven los protagonistas.
4.5. El año que vivimos peligrosamente (1982) de Peter Weir
En colaboración con Peter Weir y Vangelis (autor del tema L’enfant), Jarre adopta un tono más contemporáneo y etéreo. El uso de sintetizadores junto a la orquesta anuncia su transición hacia un lenguaje musical que tiende a lo electrónico y que se popularizó en los años 80.
4.6. Pasaje a la India (1984) de David Lean
En su tercera colaboración con David Lean, Maurice Jarre se hace con su tercer Oscar. Podríamos decir que esta partitura es un prodigio de síntesis cultural: combina instrumentos tradicionales hindúes con la clásica orquesta sinfónica occidental de forma natural y sin caer en clichés de ningún tipo. Jarre consigue crear en Pasaje a la India un lenguaje musical híbrido que alimenta el choque la cultural y espiritual entre Oriente y Occidente.
4.7. Único Testigo (1985) de Peter Weir
Es una de sus partituras más sofisticadas. La mezcla de percusiones sintéticas, órgano y coros minimalistas refleja el choque que se da entre modernidad y tradición en la comunidad amish en la que se esconde Harrison Ford. El pulso rítmico y la economía melódica de Único Testigo anticipan las tendencias del cine de suspense de los 90.
4.8. El Club de los poetas muertos (1989) de Peter Weir
Maurice Jarre vuelve a adoptar un tono poético y melancólico para crear la partitura de este drama intimista. Se vuelve minimalista y se centra en pequeñas formaciones instrumentales donde sobresalen el sintetizador y las cuerdas. Así, no busca subrayar los momentos dramáticos de El Club de los Poetas Muertos sino envolverlos sutilmente.
5. Análisis técnico de la obra de Maurice Jarre
Desde el punto de vista técnico, Maurice Jarre fue un compositor versátil e innovador que supo dar voz tanto a los personajes como a las épocas y los paisajes de las películas que compuso. Los elementos más distinguibles en sus obras son:
- Orquestación: su tratamiento del color instrumental es magistral. Le interesaban las combinaciones inusuales —arpa con percusión étnica, cuerdas con sintetizador— para generar timbres nuevos.
- Temas: Jarre emplea leitmotivs simples que evolucionan según la psicología del personaje o el contexto emocional. El tema de Lara o el motivo de Lawrence son buenos ejemplos.
- Ritmo y textura: sus ritmos son a menudo irregulares, con ostinati percusivos que generan tensión o sensación de movimiento.
- Síntesis sonora: en los años 80 y 90 exploró ampliamente los sintetizadores digitales (en El club de los poetas muertos, Gorilas en la niebla, por ejemplo), integrándolos con la orquesta para lograr una sonoridad moderna y expansiva.
El legado de Jarre resuena aún en compositores como Hans Zimmer o Alexandre Desplat, quienes —de manera distinta— siguen explorando el poder emocional del espacio y la melodía, justo como lo hizo Jarre con su toque francés. En cualquier caso, nuestro autor de hoy dialoga de tú a tú con otras grandes figuras de la música de cine tales como Dimitri Tiomkin, Lalo Schifrin, Nino Rota, Ennio Morricone, John Williams, Bernard Herrmann, Henry Mancini, Alberto Iglesias y tantos otros.






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