Lalo Schifrin, maestro de la música de acción
Sirva este post como homenaje a Lalo Schifrin, un gran músico y compositor de Música de Cine que nos acaba de dejar. Su habilidad para fusionar el jazz con estructuras sinfónicas y elementos de música popular y folclórica lo hizo único. Hablemos, pues de Lalo Schifrin, maestro de la Música de Acción.
Su formación clásica —estudió piano con Juan Carlos Paz en Argentina y más tarde en el Conservatorio de París— se enriqueció con su amor por el jazz, que cultivó como pianista y arreglista. Sin embargo, su carrera en el cine comenzó a consolidarse tras trasladarse a Estados Unidos en los años 60, donde su versatilidad musical lo convirtió rápidamente en un compositor de referencia en Hollywood.
Lalo Schifrin ocupa hoy un lugar preferente en la lista de compositores de bandas sonoras más grandes junto a John Williams, Dimitri Tiomkin, Ennio Morricone, Bernard Herrmann, Henry Mancini, Alberto Iglesias y tantos otros.
Los Inicios de Schifrin en la Música de Cine
Muchos directores de las décadas de los 60 y 70 recurrieron a él en busca de un sonido moderno, urbano y enérgico para sus películas. Entre los primeros trabajos musicales para el cine de Lalo Schifrin está su asociación con el director Don Siegel en Código del Hampa (1964), un thriller protagonizado por Lee Marvin.
A lo largo de su carrera Schifrin demostró su querencia y tu talento para crear bandas sonoras para el Género de Acción. Los ejemplos, como veremos, son impresionantes.
Como otros compositores de bandas sonoras, Lalo Schifrin mantuvo colaboraciones con directores de cine que se extendieron en el tiempo y dieron magníficos resultados. Veremos algunas de las más relevantes.
El estilo de Lalo Schifrin
Schifrin no solo introdujo el jazz como una voz legítima dentro del cine de género, sino que también desarrolló un lenguaje musical personal que integraba orquestaciones complejas, diferentes ritmos y una sensibilidad cinematográfica que dialogaba perfectamente con la imagen. Su concepto musical rompía con las convenciones clásicas de la música incidental, optando muchas veces por un tratamiento protagonista de la banda sonora.
Por resumir, su estilo se caracteriza por:
- Fusión entre jazz, música clásica y funk.
- Dominio del ritmo y la percusión, creando estructuras casi coreográficas para la acción.
- Uso innovador de la música electrónica, pero siempre integrada con la orquesta.
- Sensibilidad urbana, que lo hizo ideal para retratar ciudades como San Francisco o Nueva York.
- Capacidad narrativa, entendiendo siempre la función dramática de la música más allá del lucimiento sonoro.
Schifrin y Misión Imposible
Un capítulo aparte merece esta banda sonora que Lalo Schifrin escribió en 1966 para la serie de televisión del mismo nombre. Un tema que más tarde sería reutilizado en las adaptaciones cinematográficas iniciadas por Brian De Palma y que aún siguen dando que hablar dado que se acaba de estrenar la última: Misión Imposible. Sentencia Final. Este tema, con su métrica inusual en 5/4, es uno de los más reconocibles de la historia del audiovisual y muestra su dominio de la tensión rítmica como herramienta narrativa.
Don Siegel y Lalo Schifrin: Ritmo y tensión en las calles
La colaboración entre Lalo Schifrin y Don Siegel es esencial para comprender el nuevo tono del cine policiaco norteamericano a finales de los años 60. El punto culminante de esta alianza fue Harry El Sucio (1971), una de sus partituras del maestro más distintivas de su estilo. El personaje del inspector Harry Callahan requería una música que reflejara su dureza, su relación con la ciudad de San Francisco y su individualismo. Schifrin construyó una banda sonora con bases funk, percusiones cortantes y sintetizadores que le iba al pelo. Este estilo subrayaba tanto el suspense como la violencia sin caer en el sentimentalismo. El uso del funk, el wah-wah, el clavicordio eléctrico y efectos vocales procesados anticipaba una era donde la música del cine urbano se alejaba del clasicismo y dialogaba más con el soul, el jazz eléctrico y la música popular afroamericana.
Otro título reseñable que los unió fue la La Jungla Humana (1968) donde la mezcla de elementos del Western con músicas urbanas permitió a Schifrin experimentar con escalas pentatónicas, jazz y sonidos contemporáneos. El Seductor (1971) sería otra de sus colaboraciones. Un drama psicológico ambientado en la Guerra Civil americana requería un enfoque más minimalista y sombrío, demostrando que Lalo Schifrin podía abordar cualquier género.
Lalo Schifrin y Clint Eastwood, una colaboración duradera
Su trabajo conjunto se produjo tanto en la faceta de actor como en la de director de Clint Eastwood. Cuando éste dio el paso a la dirección, Schifrin se convirtió en su compositor de cabecera. La colaboración entre ambos llevó a títulos clave como Impacto Súbito (1983) que es Secuela de la saga de Harry El Sucio y que dirigió el propio Eastwood. El compositor volvió a un estilo rítmico, urbano y funcional, aunque más contenido que en la primera entrega. El sonido Schifrin ya era parte del ADN de Harry Callahan.
Clint Eastwood era un amante indisimulado del jazz y mantuvo una relación muy especial con Lalo Schifrin. En El Protector (1976) vuelven a trabajar juntos aunque en esta ocasión Eastwood no dirige la cinta, al igual que ocurrió en Joe Kidd (1972), dirigida por John Sturges y protagonizada una vez más por Eastwood. En todos estos trabajos Schifrin siguió desarrollando su admirable estilo para crear atmósferas sonoras con una mezcla de temas sombríos y explosivos, reforzando la tensión y la acción con una instrumentación electrónica.
Otras películas relevantes con música de Lalo Schifrin
Una carrera larga como la de Schifrin incluye innumerables obras. Sin embargo, algunas sobresalen en su filmografía. Tal es el caso de Asesinos de Élite (1975), dirigida por Sam Peckinpah. La colaboración con Peckinpah, maestro del western crepuscular y la violencia estilizada, ofreció a Schifrin la oportunidad de construir una banda sonora cargada de tensión psicológica y dramatismo. En este film de espionaje y traiciones, Schifrin combinó jazz, música electrónica y percusión.
Otro título interesante por su rareza es el Documental Los Herederos de la Tierra (1971). ganador del Óscar al Mejor Documental en 1971 y dirigido por Ed Spiegel y Walon Green. Se trata de una cinta de ciencia ficción con enfoque científico y tono apocalíptico. Schifrin empleó en ella técnicas atonales, electrónica vanguardista y texturas experimentales, adelantándose a tendencias que luego explorarían otros para sus Películas de Terror y ciencia ficción.
Dirigido por Richard Fleischer, Teléfono (1977) es un thriller con Charles Bronson donde se entremezclan elementos de espionaje, Guerra Fría y de nuevo, acción. Schifrin escribió una partitura enérgica y melódica, de gran claridad narrativa, que demuestra su capacidad de adaptación a distintos tonos sin perder personalidad.
Otras bandas sonoras notables de Lalo Schifrin incluyen Bullitt (1968) de Peter Yates, con su mezcla innovadora de jazz, rock y orquesta; Operación Dragón (1973) de Robert Clouse, donde fusionó música asiática con sonidos funk y percusiones tribales para acompañar a Bruce Lee y Terror en Amityville (1979) de Stuart Rosenberg, donde exploró registros de terror más cercanos a lo sinfónico y coral.
Influencia de Schifrin en otros compositores
Su influencia es evidente en compositores posteriores como Michael Giacchino, David Holmes, cuyo trabajo en la saga de Ocean’s Eleven remite claramente al «groove» sofisticado de Schifrin. Brad Fiedel o incluso Hans Zimmer, sobre todo en sus primeros trabajos urbanos y minimalistas, son otros de sus herederos. Además, su legado ha sido homenajeado por músicos como John Zorn o los Beastie Boys, que han sampleado su música, mostrando su impacto más allá del cine.
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