Música del Oeste. El sonido del Western
El Western como género cinematográfico está indisolublemente unido a la Historia del Cine y la música del Oeste ha jugado un papel crucial en la creación de su identidad. Desde sus inicios, la banda sonora del western ha recorrido su propio camino para evocar los temas universales del género: la inmensidad de un territorio por conquistar y la lucha entre la civilización y la barbarie. Dedico esta entrada a la Música del Oeste. El Sonido del Western.
Como ya hemos visto en entradas anteriores, la Música de Cine es mucho más que música de acompañamiento, es un elemento narrativo más que contribuye al desarrollo de la historia y de sus personajes. Las bandas sonoras del Western han logrado captar la esencia del Oeste mediante estructuras melódicas, instrumentos y sonidos específicos. Veamos cuáles son sus orígenes:
1. La Música del Oeste. Orígenes
La música del Oeste tiene sus raíces en el folclore estadounidense del siglo XIX. Canciones populares como Home on the Range oThe Streets of Laredo narraban historias de vaqueros, forajidos y colonos, transmitiendo las emociones y los desafíos de la vida en la frontera. A lo anterior se unieron los espirituales afroamericanos, los himnos religiosos y las marchas militares.
Algunos músicos norteamericanos como Aaron Copland tuvieron también una influencia directa en compositores de la música del Oeste. Aunque él mismo apenas compuso para la gran pantalla, sus orquestaciones y referencias folklóricas establecieron un lenguaje sonoro americano con gran influencia en Elmer Bernstein o Jerome Moross, por citar dos ejemplos.
Max Steiner fue uno de los primeros en dar forma a la música del género con Dodge City (1939), donde utilizó temas heroicos y una orquestación grandilocuente. Sin embargo, fue en la década de 1950 cuando la música del western alcanzó su madurez con la llegada de compositores como Dimitri Tiomkin, Elmer Bernstein y, más adelante, Ennio Morricone.
2. Temas y características musicales del Cine del Oeste
La música del western ha sabido desarrollar a lo largo de su existencia un lenguaje propio con características inconfundibles. Algunas de ellas son:
- Heroísmo y aventura: Mediante fanfarrias orquestales, secciones de viento-metal vibrantes y melodías ascendentes que evocan los retos que tiene por delante el protagonista, así como su valentía y sus sueños.
- Soledad y melancolía: A través del sonido de la armónica y la guitarra acústica así como de melodías pausadas, el espectador se asoma a la dureza de la vida en las nuevas tierras.
- Violencia y tensión: Se destacan con el uso de ritmos marcados, percusión dramática y disonancias que anticipan enfrentamientos con bandoleros y villanos de todo tipo, duelos o momentos de peligro.
- Paisajes épicos: La amplitud del desierto, de las grandes llanuras y de las montañas se evoca con cuerdas expansivas y secciones de viento que recrean la inmensidad de la Naturaleza.
3. Los Mejores Compositores de Música del Oeste
3.1. Dimitri Tiomkin: el pionero del western sonoro
Dimitri Tiomkin fue un compositor ruso de formación y bagaje musical clásico; a pesar de ello se convirtió en uno de los grandes creadores de música de western. Su trabajo en Solo Ante el Peligro (1952) revolucionó el género al integrar una canción popular (Do Not Forsake Me, Oh My Darlin’) como leitmotiv de la película. Esta innovadora idea de utilizar una balada folk como elemento narrativo influyó en el uso de canciones en futuras películas del Oeste.
Otras de sus bandas sonoras más destacadas son Río Rojo (1948), donde capturó la épica de una caravana de ganado, y Río Bravo (1959), en la que mezcló orquestaciones grandiosas con momentos de intimidad musical.
3.2. Elmer Bernstein: el Sonido del Western Clásico
Bernstein consolidó el sonido heroico del western con su partitura para Los Siete Magníficos (1960), una trasposición de Los Siete Samuráis (1954) del maestro japonés Akira Kurosawa al Oeste americano. Su tema principal, enérgico y vibrante, se convirtió en uno de los más reconocidos de la historia del cine. Su estilo se basa en melodías locales y una instrumentación poderosa y sin duda definió el tono del western de Hollywood en los años 60.
También compuso la música de Valor de Ley (1969), donde combinó melodías orquestales con toques de música folk para ahondar en la historia de venganza y redención de la película.
3.3. Ennio Morricone: la Revolución del Spaghetti Western
Si Tiomkin y Bernstein establecieron las bases musicales del western clásico, Ennio Morricone reinventó el género con sus bandas sonoras para Sergio Leone, el mayor exponente del Spaghetti Western y con quien inició una de las colaboraciones entre compositor y director de cine más fructíferas.
En su trilogía Por un puñado de dólares (1964), El bueno, el feo y el malo (1966) y Hasta que llegó su hora (1968), Morricone rompió con las convenciones orquestales e incorporó silbidos, guitarras eléctricas, disparos, gritos y coros para crear un sonido completamente original y atmosférico. Su música no solo acompañaba las escenas, sino que se convertía en un personaje más de la historia.
El tema principal de El bueno, el feo y el malo es uno de los más reconocibles del cine del Oeste, con las notas que imitan el aullido de coyote y su innovadora mezcla de elementos vocales y percusivos. En un par de documentales, el propio Morricone nos cuenta cómo llegó a estos sonidos.
3.4. Jerry Fielding: el Realismo del Western Crepuscular
Músico de Jazz y compositor de bandas sonoras, Jerry Fielding aportó a la música del Oeste una perspectiva más cruda y realista con su trabajo en Grupo Salvaje (1969), de Sam Peckinpah. Con este director trabajaría también en otras películas como Perros de Paja (1971) y Quiero la Cabeza de Alfredo García (1974). La banda sonora de Grupo Salvaje se alejó de las fanfarrias heroicas de sus antecesores para centrarse en la brutalidad y la desesperanza, reflejando el tono más oscuro de los westerns de finales de los 60 y 70.
3.5. Alfred Newman: la Conquista del Oeste
Alfred Newman fue uno de los más importantes directores de orquesta y supervisores musicales de la era dorada de Hollywood, cuya industria le reconoció con 45 nominaciones y 9 premios Oscar. Entre 1939 y 1960 fue Director Musical de la 20th Century Fox, donde desarrolló una larga carrera y marcó el camino del sinfonismo de los estudios. Cuando no componía directamente la partitura, supervisó, dirigió u orquestó cientos de producciones.
Su estilo de Alfred Newman no fue revolucionario, sino sinfonista. Dotó a sus partituras de una orquestación muy rica de inspiración tardo-romántica y abundante uso de leitmotivs.
Aunque no se prodigó tanto como otros compositores de música del Oeste, a él le debemos una obra mítica por su épica y lirismo, La Conquista del Oeste (1962). Esta película es una superproducción dirigida por varios cineastas, Henry Hathaway, George Marshall, Richard Thorpe y John Ford, uno de los directores de cine más influyentes de la historia del cine. En la banda sonora de esta cinta, Newman fusionó el sinfonismo clásico que le era tan querido con la tradición sonora del Oeste americano, usando escalas modales, armonías abiertas y claras referencias folclóricas.
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