Música de cine. Historia y funciones
La música ha sido y es una parte fundamental del cine desde sus orígenes. Desde las primeras proyecciones acompañadas por pianistas en salas de cine mudo hasta las complejas partituras sinfónicas de las producciones contemporáneas, la evolución de la música en el cine refleja el desarrollo del medio audiovisual en sí mismo. Un repaso a la música de Cine. Historia y funciones.
La Colaboración de Compositores de Bandas Sonoras y Directores nos ha dejado maravillosos trabajos que forman ya parte de la Historia del Cine.
1. Funciones de la Música en el Cine
A pesar de lo que muchos piensan, la música en el cine no solo cumple una función de acompañamiento, sino que está profundamente integrada en el lenguaje audiovisual. A través de «leitmotivs», transiciones musicales y variaciones temáticas, las bandas sonoras refuerzan la narrativa y la evolución de los personajes.
Las principales funciones de la música en el cine son la expresiva y la narrativa.
1.1. La función expresiva de la Música de Cine
La música integrada en una historia acompaña a la misma y la dota del ritmo que ésta necesita en cada momento. Audio y video van de la mano en la narrativa audiovisual. Esta función ayuda al espectador a identificarse con lo que está viendo y a seguir mejor el curso de los acontecimientos y el desarrollo dramático de los personajes ayudándole a su comprensión.
1.2. La función narrativa de la Música en el Cine
La música (o la ausencia de la misma) es el complemento perfecto de la narrativa audiovisual, enmarcando o sustituyendo escenas o diálogos para reforzar el tono que las mismas sea cómico o dramático y situando la acción en su tiempo o su espacio.
En Psicosis (1960), Bernard Herrmann emplea una partitura minimalista pero impactante, con los famosos violines agudos en la escena de la ducha, que no solo intensifica la tensión sino que también se ha convertido en código visual y sonoro del terror. Buen ejemplo de que la música no solo refuerza la acción en pantalla, sino que la redefine.
2. Tipos de música de cine
Según la procedencia de la fuente musical, la música de cine se clasifica en:
2.1. Música diegética en el cine
Por este nombre se conoce a la música cuyo origen está en la propia historia y se puede ver en pantalla. Un claro ejemplo de música diegética son las películas musicales. En ellas, la acción es inseparable de la música. Suele ocurrir que los propios actores la interpretan, la escuchan, la bailan o interactúan con ella de alguna forma. El espectador está escuchando la misma música que los personajes.
2.2. Música extradiegética en el cine
Cuando la fuente de la música no se encuentra en la propia historia y es solo audible por los espectadores, hablamos de música extradiegética. En esta categoría se encuadran las bandas sonoras de los filmes, que se oyen como música de fondo y que acompañan la narración para apoyarla y despertar las emociones deseadas en el espectador.
3. Historia de la Música en el cine
3.1. Los Inicios del Cine y la Música en Vivo
En la etapa del cine mudo (1895-1927), la música era interpretada en directo por músicos, especialmente pianistas, e incluso pequeñas orquestas. Su función principal era compensar la falta de sonido diegético, enfatizar las emociones y guiar la interpretación de la historia. En algunos casos, los cines empleaban partituras específicas para cada película. En otras ocasiones, la selección musical se hacía a criterio de los propios músicos. La música que llenaba la sala obedecía también a un motivo práctico, tapar el ruido del proyector y del público.
Muy a principios del siglo XX ya surgieron músicos que compusieron partituras para acompañar películas, como el francés Camille Saint-Saëns que escribió una pieza original para la película L’assassinat du Duc de Guise por encargo de los productores, convirtiéndose así en el primer compositor reconocido de bandas sonoras para el cine. En la misma ya esboza lo que otros compositores desarrollarían más adelante. Temas musicales diferentes para cada uno de los protagonistas así como para enfatizar los sentimientos de éstos e involucrar a los espectadores en la historia.
3.2. El Cine Sonoro y el Cambio de Paradigma
Con la llegada del cine sonoro a finales de los años 20, la música comenzó a integrarse directamente en la banda sonora de las películas. A partir de El cantor de jazz (1927) se inició la transición hacia una nueva era en la música de cine. En ocasiones, los estudios recurrían a catálogos musicales que las discográficas preparaban especialmente para su reproducción durante la proyección de las películas.
En la década de los 30, la orquestación se volvió más sofisticada y compositores como Max Steiner, autor de la banda sonora de King Kong (1933), Lo que el Viento se Llevó (1939) y Murieron con las Botas Puestas (1941) y Erich Wolfgang Korngold, compositor de El Capitán Blood (1935) y Las aventuras de Robin Hood (1938), establecieron el modelo que Hollywood seguiría en la época del Cine Clásico. Consciente de la importancia de la música, la Academia de Cine americana creo en 1935 el Óscar a la mejor banda sonora y a la mejor canción.
Siguiendo la estela de Saint-Saëns, otros compositores de música clásica como Sergei Prokofiev, Dmitri Shostakovich y Aaron Copland se animaron a trabajar para el cine y otros espectáculos de entretenimiento de masas. Aunque esta circunstancia contribuyó a mejorar la calidad de la música cinematográfica y a «crear escuela», también es cierto que su inspiración y estilo miraba hacia la música sinfónica clásica, imprimiéndole a la música de cine ese mismo aire.
3.3. Música de Cine en la Edad Dorada de Hollywood
Subidos a la ola de innumerables avances técnicos como la separación de pistas, la composición de bandas sonoras para el cine va creciendo y especializándose al mismo tiempo que la industria cinematográfica. Sobresalieron en los años 40 y 50 autores como Alfred Newman con más de 300 películas a sus espaldas, Miklos Rozsa con tres Óscar de la Academia, uno de ellos por Ben-Hur (1959), o Bernard Herrmann cuya colaboración con Alfred Hitchcock es ya historia del Cine. En estos años surge el cinemascope, que permite una mayor calidad de imagen. Las bandas sonoras no se podían quedar atrás. Empiezan a escucharse en el cine composiciones menos clásicas y más inspiradas en la música del momento. Ahí está Elmer Bernstein con sus Los Diez Mandamientos (1956) o Los Siete Magníficos (1960) para corroborarlo.
3.4. El Cine de los Años 60 y sus bandas sonoras
Continuando con la tendencia que buscaba inspiración en la música ligera, pop, jazz, etc. los años sesenta están plagados de ejemplos de este tipo de músicas en el cine, siendo Henry Mancini uno de los más representativos compositores de esta época. A él se suman otros muchos músicos europeos y americanos. Al final de esta década, empezaremos a ver en las bandas sonoras insertos de canciones de moda o incluso canciones originales que en muchos casos nada tenían que ver con la historia que acompañaban. Tal es el caso de Los Sonidos del Silencio de Simon & Garfunkel en El Graduado (1967) o de Gotas de Lluvia caen sobre mi cabeza de Burt Bacharach y Hal David para la película Dos Hombres y Un destino (1969).
3.5. Los Grandes Temas Musicales del cine
En los 70 y 80, la industria del cine -en su pelea contra la TV- giró hacia las superproducciones buscando llenar las salas de público. Compositores como John Williams redefinieron el uso de la música con temas memorables en sagas como Star Wars (1977) o Indiana Jones (1981). La música pasa a convertirse en un elemento de marca para las películas, con melodías fácilmente reconocibles y orquestaciones grandiosas.
3.6. La Música Electrónica llega al Cine
Con el avance de la tecnología y la llegada de los sintetizadores en los 80, la música electrónica se incorporó al cine. Entre los años 80 y los 2000, compositores como Vangelis autor de Blade Runner (1982) y Hans Zimmer, autor de entre otras muchas, Rain Man (1988), comenzaron a mezclar sonidos sintéticos con orquestaciones tradicionales. Al mismo tiempo, las bandas sonoras basadas en canciones populares enlazan con una estrategia comercial, como en Pulp Fiction (1994) de Quentin Tarantino.
3.7. El Cine Contemporáneo y la Evolución del Score
Hoy en día, la música en el cine es más diversa que nunca. Desde la sofisticada música minimalista de Hans Zimmer para Interstellar (2014) hasta el enfoque atmosférico de compositores como Hildur Guðnadóttir en Joker (2019), la música sigue evolucionando para adaptarse a las necesidades narrativas. Además, la inteligencia artificial y los avances digitales están permitiendo nuevas formas de composición y experimentación sonora.
4. Integración de la Banda Sonora en el Lenguaje Audiovisual
Como hemos visto anteriormente, la banda sonora cumple una función narrativa en el desarrollo de una historia.
Un claro ejemplo de esta integración lo podemos encontrar en la saga de Star Wars, donde John Williams juega con «leitmotivs» para asociar cada tema musical con un personaje o situación concreta. El «Tema de la Fuerza» evoluciona a lo largo de la saga, reflejando el crecimiento de Luke Skywalker y la lucha entre el bien y el mal.
De manera similar, en El Padrino (1972), Nino Rota utiliza un motivo melancólico que subraya la transformación de Michael Corleone de un hombre normal a un despiadado jefe mafioso.
Otro caso memorable es El Señor de los Anillos (2001-2003), donde Howard Shore construye un tejido musical basado en múltiples «leitmotivs» que evolucionan según los viajes de los personajes. El «Tema de la Comarca» cambia de una versión sencilla y hogareña a una versión majestuosa a medida que Frodo se embarca en su travesía, simbolizando su crecimiento y sacrificio.
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