Compositor y Director: Colaboraciones de Cine
En la historia del cine, la relación entre director y compositor ha sido clave para la creación de atmósferas, emociones y narrativas inolvidables. Algunas de las colaboraciones más emblemáticas entre cineastas y músicos han dado los mejores frutos. Me centro en los que considero los mejores trabajos que han resultado de las alianzas entre Compositor y Director: Colaboraciones de Cine.
La música en el cine es un elemento esencial que trasciende lo visual y refuerza la narrativa. Estas colaboraciones han demostrado cómo el trabajo conjunto entre director y compositor puede dar lugar a un lenguaje cinematográfico inolvidable. Cada una de estas asociaciones ha dejado una huella indeleble en la historia del séptimo arte.
1. Alfred Hitchcock & Bernard Herrmann
Hitchcock y Herrmann conformaron una de las duplas más influyentes del cine. Herrmann creaba partituras que intensificaban la tensión psicológica, aportando una dimensión sonora esencial en las películas del maestro del suspense, Alfred Hitchcock, sin duda uno de los directores de cine más influyentes de la historia. Destacan tres obras maestras:
1.1. Vértigo (1958)
Su historia de amor y obsesión viene acompañada de una partitura envolvente, de influencias wagnerianas, de estructuras circulares que refuerzan la espiral argumental y obsesiva que vive el protagonista. Mezcla el estilo de música del cine negro con el thriller psicológico moderno.
1.2. Con la Muerte en los Talones (1959)
Un tema de acción aventurero y vertiginoso que acompaña la huida del protagonista. En su escena más icónica, la del avión en el desierto, no suena ni una sola nota musical.
1.3. Psicosis (1960)
La más icónica composición de Herrmann para Hitchcock fue una partitura minimalista pero impactante. Los chirriantes violines simulan las cuchilladas que recibe la protagonista en la ducha cuando es asesinada. Intensifica la tensión y genera auténtico pavor en el espectador. Esas notas musicales se han convertido en un código sonoro del cine de terror.
2. John Sturges & Elmer Bernstein
La colaboración de Sturges con Bernstein dio lugar a seis colaboraciones que representan claramente sus muchos estilos musicales. Destaco a continuación mis preferidas.
2.1. Los Siete Magníficos (1960)
El remake norteamericano de Los Siete Samuráis de Akira Kurosawa buscaba un sonido acorde a las tendencias del western americano. Bernstein reinventó la melodía del western, enérgica y rica en matices. Fue tan popular que la película no incluyó una canción en los créditos -como era lo habitual- sino el tema principal.
2.2. La Gran Evasión (1963)
Bernstein volvió a dar en el clavo con una pegadiza melodía a modo de marcha militar, convirtiéndose en referencia de películas similares. La fuerza del tema principal dio lugar a numerosas variaciones del mismo a lo largo de la película.
3. Blake Edwards & Henry Mancini
Edwards y Mancini crearon un estilo sofisticado e inconfundible, combinando jazz y elegancia en sus filmes. Durante los años 60, su creatividad melódica pareció no tener fin. Las tres que me parecen más destacables son:
3.1. Desayuno con Diamantes (1961)
«Moon River» se convirtió en un clásico inmortal. Edwards necesitaba una canción romántica para acompañar a Audrey Hepburn caminando por la 5º avenida de Nueva York. Mancini hizo historia y los Premios Oscar le premiaron por ello.
3.2. La Pantera Rosa (1964)
La desenfrenada comedia plagada de gags que triunfó en todo el mundo venía acompañada de una de las melodías más icónicas del cine norteamericano de los 60. Su sofisticado saxofón daba vida a la pantera de los créditos iniciales. Fue tal su éxito que llegó a tener su propia serie animada.
3.3. Víctor o Victoria (1982)
La música de Henry Mancini para esta película no es solo un acompañamiento, sino un componente esencial de la narrativa. A través de sus temas y arreglos, la banda sonora refuerza el conflicto de identidad, enriquece la comedia sofisticada y potencia el glamour del cabaret. Es una obra maestra de integración entre música y narración cinematográfica, que demuestra cómo una partitura puede ser el alma de la película.
4. Sergio Leone & Ennio Morricone
El cine de Leone no sería lo mismo sin las inconfundibles melodías de Morricone. Más allá de su amistad, el dúo inmortalizó creaciones que revisitaron y reinventaron la música del western con incorporación de instrumentos y sonidos no usuales hasta entonces como la armónica, el silbido o el martillo. Destaco tres de las mejores:
4.1. El Bueno, el Feo y el Malo (1966)
Su tema principal es ya un clásico y un sinónimo del género. Coros, voces femeninas, trompetas y campanas completan un tema único y de gran expresividad.
4.2. Hasta que Llegó su Hora (1968)
Una de las bandas sonoras más complejas de la Historia del Cine. Grandiosos son sus títulos de crédito que se inician con una serie de sonidos y silencios hasta que empieza la música con el instrumento que toca su protagonista, la armónica. Su tema principal es ya un clásico y un sinónimo del género.
4.3. Érase una Vez en América (1984)
Esta película es la particular visión de S. Leone sobre la historia de los Estados Unidos de América. Temas de gran lirismo conforman una partitura melancólica y nostálgica. En ella E. Morricone utiliza por primera vez la flauta de pan.
5. Steven Spielberg & John Williams
Williams ha sido la voz musical de las películas de Spielberg, con temas inolvidables que han definido generaciones. Su colaboración es una de las más largas y fructíferas que se conocen. La lista de sus trabajos es inmensa tanto en lo referente a su cantidad como a su calidad. Hablamos de la Saga de Indiana Jones, de Encuentros en la Tercera Fase, de Parque Jurásico o de Salvar al Soldado Ryan, una de las películas bélicas más memorables de la Historia.
5.1. Tiburón (1975)
Dos notas bastan para generar terror. Su tema principal consistente en un crescendo de cuerdas anuncia la cercanía del tiburón asesino y la tensión que se produce a su alrededor. Perfecto.
5.2. E.T., el extraterrestre (1982)
Una partitura emotiva que subraya la magia del film y que es una de las preferidas de ambos creadores.
5.3. La Lista de Schindler (1993)
Una banda sonora perfecta es la que acompaña a esta dramática historia. Con el violín de Itzhak Perlman, la partitura enfatiza los desgarradores momentos por los que nos lleva la película de Spielberg.
6. Christopher Nolan & Hans Zimmer
La colaboración entre Nolan y Zimmer se basa en la experimentación sonora y el uso de música atmosférica. Hans Zimmer, que se inició en el cine publicitario, es todo un especialista de la música electrónica instrumental.
El Caballero Oscuro (2008)
Percusión intensa y electrónica para reflejar el caos, reforzar la tensión y el conflicto moral entre el bien y el mal. Zimmer y J.N. Howard compusieron un tema para el Joker, que es uno de los mejores villanos del cine, basado en un solo acorde distorsionado que define de maravilla al imprevisible y malvado personaje.
Origen (2010)
Zimmer utiliza sintetizadores y sonidos procesados para dar una sensación de irrealidad, acentuando la ambigüedad entre lo onírico y lo real. Uno de los elementos más innovadores es el uso de la canción Non, je ne regrette rien de Édith Piaf, ralentizada hasta convertirse en una textura musical integrada en la partitura.
Interestelar (2014)
Zimmer firma una partitura más introspectiva. Nolan le dio la indicación de componer la música sin haber visto las imágenes, solo basándose en la relación padre-hija como núcleo emocional de la historia. Esto llevó a la creación de un score basado en el órgano de tubos, que simboliza lo grandioso del universo y lo íntimo de los sentimientos humanos.
7. David Lynch & Angelo Badalamenti
El universo de Lynch cobra vida a través de las partituras hipnóticas de Badalamenti. Mi selección es la siguiente:
7.1.Twin Peaks (1990)
Las 8 notas de guitarra eléctrica que marcan el inicio de la serie son toda una referencia. En esta partitura Badalamenti consigue reforzar la narrativa dual de la serie: por un lado, la historia de un pueblo con personajes entrañables y un aire nostálgico, y por otro, la presencia de un horror sobrenatural que emerge en momentos inesperados.
7.2. Terciopelo Azul (1986)
La música refuerza el surrealismo. El tema principal, con su progresión lenta y envolvente, crea una sensación de nostalgia y misterio, anticipando la revelación del lado siniestro de Lumberton. La canción Blue Velvet de Bobby Vinton, recurrente en la película, se convierte en un símbolo de la obsesión y la perversión.
7.3. Mulholland Drive (2001)
Sonidos etéreos que aumentan la sensación onírica. La banda sonora de Mulholland Drive lleva el estilo de Badalamenti a su máxima expresión atmosférica. A diferencia de Twin Peaks, donde hay un equilibrio entre lo melódico y lo inquietante, aquí la música es mayormente oscura, con sonidos graves que generan una sensación de desorientación y amenaza.
8. Pedro Almodóvar & Alberto Iglesias
Almodóvar e Iglesias han desarrollado una complicidad musical que realza la pasión y la intensidad de sus relatos. La lista de sus colaboraciones de cine es larga pero yo destaco las siguientes películas.
8.1. Hable con ella (2002)
Iglesias construye aquí una partitura profundamente emocional, basada en cuerdas y melodías hipnóticas que refuerzan la sensación de soledad, amor no correspondido y destino trágico. Además de la banda sonora original, la película incorpora la canción Cucurrucucú Paloma, interpretada por Caetano Veloso en una escena que resume de manera magistral el tono nostálgico y la emoción contenida del filme.
8.2. Volver (2006)
Esta partitura tiene una función estructural clave, reforzando el tono emocional de la película y su conexión con la identidad cultural española, en particular con el universo femenino y el drama de generaciones. En la escena donde Penélope Cruz «canta» el tema Volver (con la voz de Estrella Morente), la música se convierte en un vehículo de catarsis y vínculo sentimental subrayando la idea del retorno y la reconciliación.
8.3. Dolor y Gloria (2019)
Una composición que refuerza la introspección del protagonista. Esta partitura de Alberto Iglesias se convierte en una extensión del estado anímico del personaje, funcionando como un eco de su mundo interior.
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