Mis 10 Animes Favoritos
Estaréis de acuerdo conmigo en que el Anime es todo un género en sí mismo, con su propio estilo de narrar historias. Os dejo con una introducción a esta especial forma de entretenimiento audiovisual y con mis 10 Animes Favoritos.
Antes de lanzarme con mis recomendaciones, veamos…
¿Qué es el Anime?
El Anime es el estilo de animación japonés que combina técnicas tradicionales y digitales. Se caracteriza por su diversidad temática, por su narrativa compleja, su énfasis en el detalle y su frecuente abordaje de temas filosóficos desde múltiples géneros.
El término Anime proviene de la palabra inglesa Animation. Mientras que en Japón se utiliza para referirse a cualquier tipo de animación, ya sea nacional o extranjera, en el resto del mundo se asocia específicamente con la animación japonesa.
En el mundo occidental, el Cine de Animación está muy enfocado en el público infantil. Esto no ocurre en Japón, donde el Anime se dirige a público de diferentes edades, desde niños (kodomo) y adolescentes (shōnen y shōjo), hasta adultos (seinen y josei). Las historias pueden variar desde aventuras fantásticas hasta dramas psicológicos, pasando por ciencia ficción, romance, horror y comedia.
Principales Características del Anime
- Estilo visual distintivo:
- Los personajes suelen tener ojos grandes y expresivos, que transmiten emociones intensas.
- Uso de colores vibrantes y un diseño muy estilizado.
- Escenarios detallados, desde paisajes urbanos hasta entornos fantásticos.
- Variedad de géneros:
- Shōnen: Aventuras y acción, enfocado en adolescentes masculinos (ej. Naruto, Dragon Ball).
- Shōjo: Romance y drama, dirigido a adolescentes femeninas (ej. Sailor Moon, Fruits Basket).
- Seinen: Historias más complejas y maduras, para adultos (ej. Attack on Titan, Berserk).
- Josei: Romance y drama para mujeres adultas (ej. Nana).
- Otros géneros incluyen mecha, cyberpunk, isekai, slice of life, horror y más.
- Narrativas complejas:
- Muchas series y películas desarrollan historias con múltiples giros, estructuras no lineales y una narración más intrincada de lo habitual.
- Algunos animes cuentan con universos muy elaborados y extensos, similares a novelas épicas, que requieren de su buen world building.
- Influencias culturales:
- El Anime refleja elementos de la cultura, mitología, tradiciones y filosofía japonesas.
- Pueden incluir referencias al sintoísmo, budismo, y al pasado histórico de Japón, o integrarlo en una mitología propia y original.
- Producción y formato:
- Generalmente se presenta en formato de series, películas, OVAs (Original Video Animation) y web series.
- Los episodios en las series suelen durar 20-25 minutos.
Mis 10 Animes Favoritos
El Viaje de Chihiro (2001) de Hayao Miyazaki.
La obra maestra de Estudio Ghibli es una de las mejores películas animadas de la historia del cine. Puede que la mejor. Es ese tipo de película que introduce al espectador en una ensoñación. Un mundo mágico que te atrapa y te alecciona sobre mil cosas. Una historia de amor, de conocimiento en la que se mezclan los dioses con los humanos, los monstruos con la naturaleza. Una película sobre una niña, despojada de su vida, para servir en un spa de monstruos y dioses. Todo comandado por una bruja que atrapa a huéspedes en su mundo de comidas y lujos. Una historia sobre la pérdida de la inocencia. De una imaginación desbordante y una narrativa tan perfectamente delineada, cuidada y única. Véase también El Chico y la Garza del mismo autor.
La Princesa Mononoke (1997) de Hayao Miyazaki.
El relato épico y fábula medioambiental que asentó a Miyazaki como uno de los directores más versátiles del mundo de la animación no es para menos. En este mundo de fantasía, los humanos, los animales y la naturaleza se ven enfrentados por las ansias humanas de hacer suyo todo. Ashitaka, un joven guerrero víctima de una maldición, se ve envuelto en una batalla cuando busca una cura. Impresionante que esta maravilla mezcla la fantasía y la alegoría realista de forma tan sublime. Cuando Miyazaki se propone cualquier cosa, ya sea generar miedo, construir escenas de acción trepidantes o emocionar por medio de los sentimientos, lo borda con creces. El dibujo no es para menos, quizá uno de los acabados visuales más potentes de la animación japonesa de los 90.
El castillo en el cielo (1986) de Hayao Miyazaki.
La más clásica película de aventuras de Ghibli es, a su vez, una de las más puras de su filmografía. En ella además aparecen muchos de los elementos estructurales y temáticos más comunes en el cine de Miyazaki. Sheeta, una niña poseedora de una piedra mágica relacionada con su linaje ancestral, es perseguida por un tipo siniestro y una banda de piratas. Pazu, un niño rudo y aventurero con quien entablará una profunda amistad, será el único que la ayudará a llegar a una misteriosa isla flotante, hogar de una avanzada civilización. El niño huérfano, el villano irredimible y los antagonistas que terminan haciendo el bien, son esos elementos comunes. Y nunca han estado mejor escritos como en este clásico. Comparte también la visión del mundo de La Princesa Mononoke, fundamentalmente ecologista. Señala la ambición humana como la culpable de la destrucción del medio ambiente y la insostenibilidad de los recursos.
El cuento de la princesa Kaguya (2013) de Isao Takahata.
El maestro Takahata es director de no una, sino de tres obras maestras de Estudio Ghibli. Su última película fue la adaptación del cuento popular japonés El cuento del cortador de bambú. El Cuento de la Princesa Kaguya comienza cuando una pareja de ancianos campesinos encuentran a una niña diminuta dentro de una planta de bambú y deciden adoptarla como su hija. Pronto descubren su linaje real y la convierten en una hermosa e independiente princesa. La película rechaza las tendencias realistas de la animación japonesa contemporánea. Dibuja fondos a acuarela, de líneas y trazos minimalistas. El diseño de los personajes también es muy diferente al que estamos acostumbrados, utilizando el lápiz y una paleta de colores reducida. Con todo ello, es una de las películas más originales de todo el estudio.
Perfect Blue (1997) de Satoshi Kon.
Uno de los mejores thrillers psicológicos de la historia del cine es el primer largometraje de uno de los creadores más singulares en el terreno de la animación. Una película delirante y macabra que juega con la mente y la percepción de la realidad. Una obra inmortal que aún hoy sirve de inspiración para muchas obras similares. Han pasado 28 años y pocas obras de ficción han definido tan bien el mundo del fanatismo sectario, la idealización y sordidez que rodea a la idols japonesas. El juego entre cuerpo e imagen, unido a la despersonalización del propio individuo, son lo que lleva a los espejos a ser discordantes con la realidad. Satoshi Kon hace del desconcierto su principal arma para desarrollar todo su imaginario surreal y perturbador, toda la complejidad narrativa y subjetiva. Una obra maestra digna de estudio.
Angel’s Egg (1985) de Mamoru Oshii.
Una de las mayores obras de ciencia ficción en el terreno de la animación. Una película sin un argumento claro. Nos encontramos ante una historia de dos personajes de los que nunca sabemos sus nombres. Una niña que cuida de un huevo, de contenido y origen desconocidos, que vaga por una ciudad abandonada para subsistir. El mundo, los espacios, tienen tanto protagonismo como ella misma. Es un paisaje expresionista, oscuro y retorcido. La niña se topa con un hombre que carga una especie de cruz. Él desconoce su propio rumbo, como si el paso del tiempo hubiera mermado sus recuerdos. El universo de la película fluye con tintes surrealista, atravesando la frontera de lo onírico, donde abundan escenarios grotescos y caóticos a la par de hermosos. El simbolismo domina el relato, conformando un relato que encandilaría al propio Andréi Tarkovski.
Akira (1988) de Katsuhiro Otomo.
Una descomunal obra post-apocalíptica. Una ambiciosa historia que mezcla conceptos metafísicos con secretos gubernamentales y experimentos con humanos en una megalópolis donde reina la corrupción, los bajos fondos y la destrucción. Una película que juega con el concepto del ser superior, el humano que trasciende sus capacidades físicas y mentales para situarse en un lugar privilegiado. Un concepto que se va desarrollando en clave de historia de amistad. Su estética ciberpunk, con una gran disección de lo que es el mundo en el que transcurre todo, ha pasado a la historia como una de las más influyentes junto con Blade Runner. Con una animación innovadora en el uso de la luz y el color, arriesga en cada pequeño paso que da. Es narrativa y estéticamente desafiante, aún hoy.
Ghost in the Shell (1995) de Mamoru Oshii.
Otra obra maestra de ciencia ficción. Ambientada en un Japón distópico, en el que una mujer cyborg policía investiga distintas actividades criminales, desarrolladas por un misterioso hacker. Su historia en clave de thriller neo noir es solo una puerta para hablar del futuro dominado por la tecnología. Un mundo anárquico en declive, con altas dosis de filosofía acerca de la naturaleza humana y sus enigmas y su relación destructiva o, en ocasiones, convergente con la super-tecnología. Hermana de propuestas como Blade Runner, la película destaca por su atmósfera y ambientación (como ya lo hizo en Angel’s Egg), pero con un mayor énfasis en sus escenas de acción y el diseño sonoro (tanto música como efectos).
Shin Chan: Los adultos contraatacan (2001) de Keiichi Hara.
Parece mentira que una de las películas de este anime serial infantil de nicho tenga su hueco en esta lista. Las aventuras y peripecias de Shinnosuke Nohara forman parte de la infancia de muchos niños y niñas de todo el mundo y las películas sobre el personaje son una expansión de lo más gratificante. En este caso, Shin Chan se enfrenta a la pesadilla de cualquier niño. Un día, sin aparente justificación, sus padres le abandonan. Y no solo sus padres, sino todos los padres de la ciudad. Estos son víctimas de un control mental que les hace volver a ser «niños», obligando a sus hijos a comportarse como adultos para salvarles y volver a la normalidad. La principal arma de la película es la nostalgia, pero la mezcla de géneros e influencias nutren a la narración de una gran creatividad. Finalmente logra ser emocionante, resultando ser una película fabulosamente bien dirigida y escrita que sorprende en su madurez.
Look Back (2024) de Kiyotaka Oshiyama.
La mayor sorpresa de 2024 fue la adaptación del manga homónimo de Tatsuki Fujimoto. La historia está protagonizada por dos jóvenes chicas japonesas que aspiran a convertirse en dibujantes. Mientras que una de ellas es una modélica y orgullosa estudiante que lucha por destacar, la otra es una solitaria y agorafóbica joven sin ambición. La conflictiva relación entre ambas cambia una vez se conocen en persona y comienzan a trabajar juntas, sin saber el destino que les depara. Con tan solo 55 minutos de duración, este anime es uno de los más emocionantes de los últimos años. Ya no solo en su excepcional ritmo y estilo visual, heredero del propio manga. Es la sensibilidad con la que narra su historia, con fugas fantásticas y un tono mutante. Brillantemente escrita y dirigida, es un disparo al corazón del espectador.
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