7 películas de Halloween que no te puedes perder
Cada año Halloween reúne a los cinéfilos para ver películas de terror. Una tradición que nos hace descubrir historias y directores de los que nunca habíamos oído hablar. Aquí os dejo mis 7 películas de Halloween que no te puedes perder.
Mi selección consiste en un puñado de películas muy diferentes entre sí que van desde los años setenta hasta la actualidad y que tienen algo en común: el miedo que producen y que han salido de las manos de algunos de los 10 Mejores Directores de Cine de Terror.
1. El cine de Halloween y las películas de miedo a lo largo del tiempo
Halloween representa esa noche en que lo oculto se revela y lo cotidiano se transforma en pesadilla pero por mucho que busquemos no hay una estética concreta asociada a esa noche más allá de presentar el terror como un territorio de expresión artística y moral.
Aunque el género de terror tiene una vida tan larga como el propio cine y podemos descubrir grandes clásicos del cine mudo que ahondan en el mismo, los años setenta marcan un punto de inflexión. A partir de dicha época se producen películas de miedo que se recrean en la belleza visual para recrear atmósferas terroríficas, tanto en los EEUU como en Europa, aunque ésta todavía mantiene la vista puesta al terror gótico, influencia del Expresionismo Alemán.
Andando el tiempo, ya en los años ochenta, el cine de terror se convierte en un fenómeno con connotaciones políticas y sociales. Los vínculos con la realidad más inmediata de nuestra sociedad se hacen notar. La violencia se intensifica y se abre a aberraciones corporales y a preocupaciones más actuales como el racismo, los avances científicos, el deterioro del medioambiente, la locura…
Así llegamos al momento actual, que retoma el terror psicológico y social para mostrarnos que el horror vive muy cerca de nosotros. Los traumas colectivos, las deficiencias sociales y las crisis de identidad sustituyen al monstruo exterior de épocas pasadas. El diseño sonoro actual no se limita a comparsa del susto sino que se convierte en parte fundamental de la narración. Montaje y puesta en escena sirven también al mismo objetivo: hacer de lo cotidiano algo terrorífico.
2. Siete películas para ver en Halloween
2.1. White Dog (1982) de Samuel Fuller
Los espacios cotidianos le sirven a Fuller como escenario para mostrar la monstruosidad: un perro blanco adiestrado para atacar a los negros. Y lo hace sin de forma directa, sin apenas virtuosismo formal, con un montaje rítmico y clásico que deja avanzar la narración de forma fluida. El director nos deja claro que nuestro enemigo forma parte de la sociedad; es la violencia, es el racismo, es el odio que nos rodea y que nos interpela.
2.2. La Niebla (1980) de John Carpenter
Un fenómeno natural como la niebla sirve de excusa a Carpenter para justificar la llegada del elemento amenazante. Los espacios abiertos que rodean al pueblo costero donde sucede la acción se convierten en un escenario gótico donde la niebla es un personaje más. Transitamos entre los momentos de calma y tensión viviendo el suspense que el director administra como nadie que por algo John Carpenter es uno de los mejores directores de cine de terror.
2.3. Profondo Rosso (1975) de Darío Argento
Máximo representante del Giallo italiano, Darío Argento nos mete de lleno en una historia macabra a medio camino entre el thriller y el terror. Su gran habilidad es la construcción de un universo propio con una estética que atrapa al espectador con colores saturados, encuadres diagonales, escenarios urbanos nocturnos, espacios cerrados laberínticos y cortes y montaje rápido que fuerzan la desorientación acompañados de música rítmica.
2.4. ¿Quién Puede Matar a un Niño? (1976) de Chicho Ibáñez Serrador
En un marco idílico lleno de luz tiene lugar esta macabra historia que comienza con un aura de misterio y se convierte en terrorífica pesadilla. La película de Chicho está llena de contrastes: la belleza del lugar y la violencia, la inocencia infantil y el mal, la calma y la tensión… Estamos ante la inversión del orden social natural que se ve reforzada por la banda sonora de Waldo de los Ríos. Lo mejor, hacer de los niños una presencia inquietante.
2.5. La Bella y la Bestia (1978) de Juraj Herz
Estamos antes una revisión en clave de terror del cuento clásico en el que la bella ha de enfrentarse a la bestia y a sus rituales oníricos. Herz combina barroquismo visual, marionetas, decorados expresionistas y coreografías macabras para trasladar al espectador a su mundo gótico-surrealista. Se acompaña de un montaje y una música que se ponen al servicio de lo fantástico.
2.6. Inseparables (1988) de David Cronenberg
Una mujer viene a alterar el perfecto entendimiento entre dos hermanos gemelos médicos. David Cronenberg aprovecha el medio clínico y su instrumental para convertirlos en elementos terroríficos. Para ahondar en la pérdida de la identidad, el director juega con un montaje que trabaja en la tensión psicológica, la dependencia y la aberración.
2.7. Bring Her Back (2025) de Danny & Michael Philippou
De nuevo, la familia y los ambientes cotidianos son el escenario perfecto para una historia de terror. Los directores convierten la casa en la que son acogidos los hermanos huérfanos en una fábrica de suspense. Los objetos se vuelven inquietantes, el ritmo alterna calma y tensión, los planos medios y primeros planos ahondan el sentimiento de enclaustramiento. En definitiva, terror doméstico trufado de manipulación emocional y sufrimiento.






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