5 películas para ver en Semana Santa
En estas fechas las programaciones televisivas se llenan de clásicos de Semana Santa. Son películas mil veces vistas que recrean los últimos días de la vida de Jesucristo o de alguna manera entroncan con la historia sagrada. Como alternativa, os propongo una lista nueva de 5 películas para ver en Semana Santa que merece la pena revisar.
Una selección de películas que abordan acercamientos espirituales a la religión con una profundidad estética, filosófica y existencial que interpela tanto a creyentes como a no creyentes. Cinco títulos —Ordet (1955), El Evangelio según Mateo (1964), Los comulgantes (1963), Silencio (2016) y Los restos del pasar (2024)— que ejemplifican esta vertiente contemplativa del cine religioso, donde la fe se presenta como enigma, conflicto y misterio.
Podríais decirme -y con razón- que se trata de filmes que no necesariamente hay que visionar en estar fechas. Cierto, pero todas tienen un trasfondo religioso y cada una de ellas nos ofrece una reflexión distinta sobre la religión y la condición humana. Por todo ello estas 5 películas son ideales para ver en Semana Santa.
Ordet, la Palabra (1955) de Dreyer
La película de Carl Theodor Dreyer, es probablemente la obra más esencial del cine sacro. Inspirada en la pieza teatral de Kaj Munk, plantea un drama rural danés donde conviven distintas actitudes frente a la fe: el racionalismo, el pietismo y la creencia mística. Dreyer articula su puesta en escena con planos secuencia lentos, movimientos mínimos de cámara y una atmósfera austera que roza lo metafísico. La película culmina con un milagro, pero lo hace desde una ambigüedad tan radical que convierte la resurrección en un acontecimiento más filosófico que teológico. Influida por el Expresionismo y por el teatro escandinavo, Ordet es una obra de arte litúrgica que nadie debería perderse.
El Evangelio según Mateo (1964) de Pasolini
Pier Paolo Pasolini -que se atrevía con todo- plantea una relectura próxima al Neorrealismo italiano de las Escrituras desde un punto de vista humano y de lectura marxista. Filmada con actores no profesionales y ambientada en parajes del sur de Italia, la película rehúye la grandilocuencia de las superproducciones bíblicas para abrazar la crudeza de la tierra y del rostro humano. Pasolini, marxista y ateo, se aproxima a Cristo como figura revolucionaria y ética, fundiendo la palabra sagrada con la estética documental. Su estilo austero remite tanto a Eisenstein, uno de los directores más influyentes de la historia del cine, como al primer Rossellini.
Los comulgantes (1963) de Bergman
Ingmar Bergman realiza una de sus más profundas meditaciones sobre el silencio de Dios. A través de un pastor luterano que pierde la fe, el director sueco canaliza su propio conflicto espiritual. La película, segunda parte de su «trilogía del silencio de Dios», se estructura como una misa vacía, donde el ritual se torna rutina y la palabra divina se queda hueca. La luz fría de Sven Nykvist, la economía narrativa y los encuadres cerrados convierten la espiritualidad en crisis en materia cinematográfica al más puro estilo Bergman. Posteriormente el argumento fue re-imaginado por Paul Schrader en la película El Reverendo (2017)
Silencio (2016) de Scorsese
Esta película de Martin Scorsese retoma las tensiones del cine espiritual a partir de la historia de dos jesuitas portugueses perseguidos en el Japón del siglo XVII. Basada en la novela de Shūsaku Endō, la cinta expone la brutalidad del choque cultural y la fragilidad y resistencia de la fe ante el sufrimiento. Scorsese, profundamente influenciado por Dreyer, Bresson y el cine japonés, construye un relato íntimo donde el rostro y la voz interior son claves. El silencio de Dios vuelve a ser aquí el abismo que pone a prueba la identidad y el propósito de sus ministros.
Los restos del pasar (2024) de Luis (Soto) Muñoz y Alfredo Picazo
Estamos ante una película documental que se presenta como una carta de amor a la localidad cordobesa de Baena y en la rememoración de la Semana Santa desde la perspectiva de un niño. Antonio evoca en sus últimos días de vida una infancia marcada por la amistad con Paco, un anciano pintor. La película combina elementos de documental y de ficción para explorar temas como la tradición, la memoria y la espiritualidad. Con una estética, tanto visual como sonora, muy particular y especial. La película está disponible en Filmin y en Flixolé.
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