Crítica de «Furiosa» de George Miller
Después de su estreno en el Festival de Cannes de 2024, llega a los cines Furiosa: de la Saga Mad Max (2024), una nueva entrega de la saga que está escrita y dirigida por George Miller. Aquí os dejo mi crítica.
Vivimos una gran época para el blockbuster de autor. Sean mejores o peores películas, en esta década hemos visto grandes superproducciones de autor como Dune Parte Dos, Top Gun: Maverick, The Batman o Tenet. Películas muy diferentes entre sí, que responden a la visión particular de un autor y no tanto a las exigencias del estudio que las produce. Así que una nueva película de la saga Mad Max siempre es bienvenida.
La saga de Mad Max nació en 1979 con un taquillazo inesperado. George Miller construyó un universo (más en su imaginación que en la propia película) que reflejaba un futuro apocalíptico marcado por la escasez de agua y de combustible. Es imposible saber quién está más loco: si aquellos que matan por gasolina o quienes luchan por mantener la paz. Ahí entra el personaje de Max, interpretado originalmente por Mel Gibson. Un ex policía que vaga por el desierto, sobreviviendo, y poco a poco, convirtiéndose en un mito. Miller afronta cada película de la saga como un nuevo reto, reinventando y redefiniendo el universo en base a las necesidades del guion. Aunque las bases de todo están en la primera Mad Max, los paisajes cambian, así como el vestuario, el diseño de producción, el tono… Con ello, cada nueva película se siente diferente de la anterior.
Como director, George Miller afronta con cada película un nuevo reto narrativo. La estética ha marcado un precedente en películas de la misma temática. La extravagancia, el esperpento, el impacto visual, el caos controlado. La acción es veloz y vertiginosa, virtuosa en sus recursos, emocionante en su atención a los personajes. Mad Max: Fury Road se planteó como una gran persecución que estructurase toda la película, economizando al máximo los diálogos, las pausas, los arcos de personaje y la variedad de momentos. Una obra maestra difícil de superar, de la que, hoy en día, sigue bebiendo el blockbuster contemporáneo.
Furiosa es un spin off de la coprotagonista de Fury Road, interpretado por Charlize Theron. Así que al mismo tiempo funciona como precuela de la misma, sin la participación de Max en la trama. Tal y como se relataba allí, Furiosa es arrebatada del «Lugar verde de muchas madres» y cae en manos de una banda de motoristas liderada por el señor de la guerra Dementus (Chris Hemsworth). Durante años, la joven Furiosa, interpretada por la actriz Anya Taylor Joy, es testigo de cómo los señores de la guerra se disputan el poder sobre el vasto desierto que habitan, mientras que ella planea su venganza.
Furiosa es una historia de venganza que, a diferencia del resto de película de la saga, se toma su tiempo para desarrollarse con calma. Sí, hay persecuciones y secuencias de acción grandiosas, pero el tono y el ritmo son diferentes a lo visto en Fury Road. Es mucho más silenciosa, con especial atención al ritmo interno del plano (de mayor duración). La sobriedad con la que trata el dolor del personaje, increíblemente conducido por Anya, choca en comparación a Dementus, un parlanchín tan ridículo como violento. El villano recuerda más a Lord Humungus, de Mad Max 2, que a Immortal Joe, de Fury Road, igualmente presente en esta precuela. Un contraste interesante.
El universo y estética de Fury Road se mantiene aquí. Por un lado, debido a la continuidad del personaje de Furiosa, y por otro al percibirse como la culminación del universo de la saga. Esta es la estética adecuada e invariable con la que Miller trabajará a partir de ahora, y que respeta las bases de toda la saga.
La mano de George Miller es inconfundible en la narrativa. A sus 79 años, sigue siendo un storyteller magnífico. Destaco el enfrentamiento en el criadero de balas (una larga secuencia dividida en bloques de increíble acción) y el último acto, centrado en la venganza personal de la protagonista.
Se puede discutir cómo de bien maneja la estructura episódica y el ritmo de las secuencias más pausadas, pero la conversación sobre Furiosa parece más conducida hacia su aspecto visual. Concretamente, su uso de CGI o efectos digitales. Esto invita a reflexionar acerca del uso de estos recursos en producciones de esta magnitud. Pienso en, por ejemplo, The Flash (2023) donde los efectos digitales son inseparables de su propuesta formal, pero está tan mal dirigida que su acabado visual resulta descuidado, feo, excesivo.
Furiosa también tiene un baño de CGI considerable, y aunque haya imágenes que combinan mal los fondos con los personajes, nunca llega a ser problemático. Nos podrá gustar más o menos, pero la saga Mad Max siempre ha puesto a prueba «el buen gusto» a la hora de conjugar imágenes blockbuster. En la saga de George Miller cabe un prodigio de cine de acción práctico y artesanal como Fury Road y una amalgama de momentos CGI que engulle todo su diseño de producción como Furiosa. Y es que lo importante no es si se ve mejor o peor, algo relativamente sujeto a gustos personales, sino lo bien empleados que estén estos recursos en la narrativa.
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