Crítica de «Pobres Criaturas» de Yorgos Lanthimos
El Festival de Sitges acogió el pasado día 10 de octubre una de las películas más esperadas del año, estrenada anteriormente en el Festival de Venecia. A continuación os dejo mi crítica de Pobres Criaturas (Poor Things en Inglés) de Yorgos Lanthimos. La película del director griego es una bizarrada maravillosa.
Yorgos Lanthimos tiene ya 8 largometrajes como director, además de varios cortometrajes y videoclips. Su habitual estética y dirección de actores le convierte en un director con un sello inconfundible. No es tan riguroso en sus formas como Wes Anderson o Roy Anderson, pero basta con 3 planos para saber quien está tras la cámara.
Desde su salto a la fama internacional con Canino (2009), nominada al Óscar a Mejor película Extranjera, su estilo ha ido radicalizándose. Si Canino asentó las bases, Alps (2011) y Langosta (2015) las perfeccionó.
Las películas de Lanthimos son cada vez más precisas, más cuidadas y todavía más ambiciosas. Su viaje hacia Estados Unidos con El Sacrificio de un Ciervo Sagrado (2017) y La Favorita (2019) provocó que público y crítica le subiesen a un pedestal, siendo uno de los autores de Hollywood menos convencionales y más únicos del panorama cinematográfico actual.
Pobres Criaturas es hasta la fecha su filme más ambicioso, y a la vez, el más convencional de todos. Me explico…
La película está basada en la novela homónima de Alasdair Gray, publicada en 1992. Igual que la adaptación de Lanthimos, la historia sigue las andanzas de Bella Baxter (Emma Stone), una joven embarazada que se arrojó al río para escapar de los malos tratos de su esposo. El cadáver de la joven llega a un médico demente, Godwin Baxter (Willem Dafoe), quien se propone resucitarla implantándole el cerebro, aún vivo, del feto. Así, Bella tiene el cuerpo de una mujer adulta y el cerebro de un recién nacido.
De influencia gótica, la historia re-imagina el mito del monstruo de Frankenstein, y le da un giro femenino y feminista. A medida que la mente de Bella crece, también lo hace su deseo de placer sexual, sus intereses políticos y sus inquietudes filosóficas. Bella se embarca en una aventura por el mundo, de la mano de un libertino abogado (Mark Ruffalo) que pretende aprovecharse de su aparente inocencia. Sin embargo, nada sucede como éste pensaba.
Bella observa el mundo desprovista de prejuicios de la época, igual que la Barbie de Greta Gerwig, mira el mundo real. Se pueden comparar ambos viajes, desde la inocencia hasta la realización, aunque son películas totalmente opuestas.
Carlos Losilla, ensayista y crítico de cine, escribió en Twitter que «Pobres Criaturas es el contraplano de autor de Barbie, o viceversa» y no se equivoca. Al igual que Barbie, Pobres Criaturas expone sus temas de manera directa y, en consecuencia, obvia. De esta manera se vuelve más accesible que cualquiera de sus anteriores trabajos.
La estética de Pobres Criaturas está tan lejos de Canino que uno podría dudar si se trata del mismo director tras la cámara, pero lo cierto es que sí. Lanthimos plantea un mundo gótico y victoriano, con influencias del expresionismo alemán. Los planos fijos y herméticos, los colores apagados y el ritmo pausado de sus primeras películas han sido sustituidos por planos en constante movimiento, ópticas variables (desde ojos de pez a teleobjetivos), colores vivos y saturados y un montaje (tanto interno como externo) de lo más dinámico.
Podría decirse que Yorgos Lanthimos ha cogido la estética de La Favorita y la ha bañado en LSD. La lógica detrás de esta planificación tan alocada solo la saben Lanthimos y su director de fotografía, Robbie Ryan, pero desde mi punto de vista funciona a las mil maravillas.
En este festival esteta hay gestos y elementos (tanto textuales como cinematográficos) que relacionan sus primeras películas con esta última, pero quizá el mayor punto en común sea la dirección de actores. Las interpretaciones en su cine siempre se han caracterizado por ser robóticas, desprovistas de emociones, deshumanizadas. Los casos más radicales los podemos encontrar en Langosta y El Sacrificio de un Ciervo Sagrado, en donde el mundo es igual de frío e insensible que sus personajes. Tenéis mi crítica de su último estreno, Kinds of Kindness aquí.
En Pobres Criaturas, el único personaje que responde a este registro interpretativo es la protagonista. Debido a su desconocimiento del mundo y sus costumbres, Bella acaba adoptando un carácter robótico y frívolo. La evolución que realiza Emma Stone, desde la incapacidad para armar palabra hasta la formalidad más absoluta, es para romperse las manos aplaudiendo. Lejos de ser exagerada, o sobreactuada, resulta incluso sutil. Es tal la dedicación física de la actriz que empiezas viendo a una persona y terminas viendo a otra, irreconocible. Probablemente la mejor interpretación de toda su carrera.
Sin Comentarios